31 may 2010

Aromaterapia: aceites esenciales, el olfato y la piel.

La aromaterapia, que se fundamenta en el uso de los aceites esenciales, no sólo se limita al sentido del olfato. Un órgano como la piel brinda a la aromaterapia la posibilidad de potenciar y complementar los beneficios de los aceites vegetales con unas pocas gotas de aceites esenciales, formando una maravillosa sinergia.

El olfato

Un aroma puede producir múltiples reacciones. El olfato puede alterar el ritmo cardiaco o respiratorio, el sistema nervioso, circulatorio y hasta el funcionamiento de las glándulas endocrinas.
Una simple inhalación de aceites esenciales puede disparar cambios en el sistema límbico, estimulando -vía sistema nervioso (el hipotálamo se conecta con la pituitaria)- funciones del cuerpo. Es a través de éstas glándulas que el olfato alcanza tanto al sistema hormonal como al inmunológico, beneficiándolos increíblemente.
Es así que las moléculas que componen el aroma hacen penetrar su información en las funciones del cuerpo que no pueden ser controladas por la voluntad o el raciocinio. Por ejemplo, el apetito, excitación sexual, temperatura corporal, digestión, ritmo cardiaco, memoria.
En aromaterapia, los aceites esenciales nos aportan las cualidades de sus componentes moleculares, tanto en el plano físico, mental y emocional.
Los olores nos pueden remitir a la infancia, juventud, momentos placenteros o nos pueden generar náuseas, vómitos, dolor de cabeza.
Esto mismo sucede con los aceites esenciales que componen un perfume: nos pueden fascinar, en tanto que otros nos son indiferentes o repulsivos. Y esto es así porque cada aceite esencial posee carácter propio: masculino-femenino, frío-calor, dulce-amargo, ácido-alcalino. Son algunos de los opuestos complementarios los que hacen de un aceite esencial una combinación única. Entonces, mediante nuestra preferencia aromática, estamos reforzando o completando, de forma intuitiva, los aspectos que tenemos debilitados.

La piel

La piel funciona como una barrera entre el cuerpo físico y el medio ambiente. Es el órgano más extenso y representa el 16% del peso corporal. Está compuesta por 3 capas: la epidermis o capa exterior, la dermis y la hipodermis o subcutánea.
Sus funciones son de protección de los agentes externos, recepcionando las sensaciones y regulando la temperatura corporal.
La facilidad de absorción de sustancias a través de la piel permite que los aceites esenciales penetren directamente en el organismo, alcanzando la circulación sanguínea y linfática, las células, los tejidos, los órganos, los aparatos y los sistemas.
La aromaterapia tiene en la piel a su gran aliada; los aceites esenciales penetran por los poros, capilares y folículos pilosos, facilitando su acción terapéutica. No se acumulan en el cuerpo y son fácilmente metabolizados y excretados por orina, heces y sudor.

Los métodos de aplicación de los aceites esenciales pueden ser muy variados: a través de masajes, reiki, compresas, inhalaciones, ambientadores, baños, cremas. Tanto en la administración como en la aplicación tendremos que usar como vía de penetración al olfato y la piel.



Gladys Gómez Flores

Terapeuta de Reiki – Quiromasajista – Fisoesticista- Linfoterapeuta

26 may 2010

Aromaterapia: Los aceites esenciales


Se llama aromaterapia a la utilización de productos, en este caso aceites esenciales, que por su volatilidad presentan un aroma característico, con una finalidad terapéutica específica. Deben ser de origen biológico y natural, nunca aromas sintéticos.

Los aceites esenciales

Los aceites esenciales son productos químicos que forman las esencias odoríficas de un gran número de vegetales. Proceden de las flores, frutos, hojas, raíces, semillas y corteza de los vegetales. Son líquidos, volátiles, en su mayoría insolubles en agua, pero fácilmente solubles en alcohol, éter, aceites vegetales y minerales. Por lo general no son oleosos al tacto.
Es en Francia donde René Maurice Gattefossé desarrolla un estudio de los aceites esenciales. Este químico francés estaba trabajando en la creación de un perfume, cuando al explotar el laboratorio se quemó la mano. Buscando enfriar la zona, sumergió la mano en un frasco de aceite esencial de lavanda. Al ver que el alivio era inmediato y que posteriormente no le quedaban marcas, decidió volcarse al estudio de las propiedades de los aceites esenciales, lo que dio origen a la Aromaterapia moderna.

Métodos de extracción

Para conservar intactas las propiedades terapéuticas de los aceites esenciales, los métodos de extracción utilizados son de suma importancia. Se extraen de diferente manera, dependiendo de la planta.
Destilación: se utiliza un alambique que se expone al calor; el vapor que genera desprende las gotas de aceite de la planta. La mezcla de aceite y vapor se condensa a través de un serpentín, siendo recolectado en un vas florentino. El aceite flota en el agua y al separarse da dos productos: el aceite esencial y el agua vegetal (hidrolato)
Prensado en frío: utilizado para extraer los aceites de los cítricos, se prensa la cáscara de la fruta, separando el aceite del agua mediante centrifugado.
Co-destilaciones preciadas: aquí se agrupan dos plantas, que no pueden ser destiladas por sí mismas (algas, ortiga, luminaria, etc.) ó conjuntando sus propiedades. Uno muy preciado es el de rosa damascena con el de sándalo.
Extracción de absolutos: Hay flores como el jazmín, mimosa, tuberosa, que no pueden destilarse por calor, ya que se oxidarían perdiendo totalmente sus propiedades. Es así que para estas plantas se utilizan disolventes como el hexano y el alcohol para extraer el aceite que poseen. Los absolutos son muy potentes, siendo 2 o 3 gotas suficientes para aromatizar 50 ml. de aceite base.

El quimiotipo

Es la clasificación química, biológica y botánica de una misma especie que, sometida a diferentes condiciones de crecimiento (días de sol, clima, composición del suelo, altitud), puede secretar esencias muy diferentes desde el punto de vista bioquímico. De estas variaciones de composición bioquímicas de los aceites esenciales surge la noción de quimiotipo.
Dos quimiotipos del mismo aceite esencial presentan no solamente propiedades terapéuticas diferentes, sino también índices de toxicidad muy variables. La salvia por ejemplo:
La salvia Officinallis, es un emenagogo (regulador menstrual), y debe usarse antes o después de la menstruación, nunca durante. Ni tampoco de forma prolongada, ya que es fuertemente neurotóxica.
La salvia Esclarea o romana, usada en estética para pieles desvitalizadas, no es tóxica, por lo tanto se puede usar habitualmente.
Por este motivo es realmente importante conocer el nombre completo y quimiotipo del aceite esencial que vamos a utilizar.

Como reconocer la calidad de un aceite esencial

El etiquetado de una botella de aceite esencial de calidad debe contener información explícita de su contenido:

Nombre botánico de la planta: Identifica la variedad botánica de la planta de la que se ha extraído el aceite esencial.
Órgano secretor: Determina de qué parte de la planta se ha extraído el aceite esencial. Las propiedades pueden variar dependiendo de su procedencia (hojas, fruto, piel, flores, tallo).
Tipo bioquímico: Indica los componentes bioquímicos principales o distintos que constituyen el aceite esencial.
Modo de cultivo: las plantas que se destilan pueden proceder de cultivos biológicos, de recolección silvestre o de cultivos convencionales. El cultivo determina la calidad del producto final y guía su elección.
Embotellado: los aceites esenciales son fotosensibles, es decir que se estropean con la luz. Por ello los frascos deben ser de cristal y oscuros, para garantizar la calidad óptima.