6 jun 2010

Aromaterapia: Aceites esenciales, administración y uso

Los métodos de aplicación pueden ser muy variados: masajes, compresas, inhalaciones, ambientadores, baños, cremas, etc. Según el medio de aplicación y la vía de administración podemos hacer la siguiente clasificación:

a) Inhalaciones.
b) Aplicaciones vía tópica.

Las inhalaciones son tratamientos que fragmentan el agua en minúsculas partículas. Con esta acción las moléculas de los aceites esenciales, al ser respiradas, son captadas por las mucosas presentes en la nariz y transportadas por las células nerviosas al cerebro, donde ejercen un efecto directo sobre la mente, emociones y cuerpo.

¿Cómo debemos hacer una correcta inhalación?

Llevar el agua al punto de ebullición y retirar del fuego. Disolver en alcohol, miel, terrón de azúcar, leche en polvo o arcilla los aceites esenciales elegidos, de acuerdo a la afección a tratar. Por cada litro de agua usar de 30 a 40 gotas de aceites esenciales. Colocarse a 15 cm del agua, cubriendo la cabeza con una toalla o tela, para evitar la dispersión del vapor. Mantener los ojos cerrados. No permanecer más de 7 minutos inhalando.
Ejemplo de tratamientos:
Bergamota + geranio: a parte iguales para abrir los poros.
Eucaliptus glóbulus: pecho y vías respiratorias bajas.
Eucaliptus radiata: afecciones de vías respiratorias altas (ORL)
Abeto de Siberia: poros dilatados.
Menta peperita: sinusitis, dolor de cabeza, dolor de garganta.


También podemos inhalar aceites esenciales sin utilizar el agua como medio. Se colocan en un pañuelo o gasa una o dos gotas (nunca más de 4), pudiéndose usar inmediatamente.

En el caso de la difusión, a través de humidificadores, difusores o equipos de ozono, ésta debe ser lenta y continuada, a la vez que suficiente, porque hay que adaptarla al volumen de la sala. Es ideal para limpiar el ambiente de bacterias, virus, luego de una enfermedad o en los cambios de estación, por ejemplo de verano a otoño. Tres difusiones cada ocho horas suelen ser suficientes para obtener un aire sano.
En los difusores tradicionales (los del platito y la vela debajo): coloque no más de 5 gotas de aceite esencial, previamente disueltas en alcohol, azúcar, leche en polvo, miel o arcilla. Esto es importantísimo para evitar que las gotas queden flotando en la superficie del agua, ya que los aceites esenciales no son solubles en ella, y para que luego no se quemen cuando el agua se evapore. Si ésto último sucediera, no lograríamos el efecto terapéutico que buscamos.
En velas aromáticas: cuando la vela (son fantásticas las de cera de abejas) lleva un tiempo encendida y tenga un círculo líquido alrededor de la llama, coloque un par de gotas de aceites esenciales. Aquí no es necesario disolverlo previamente, ya que la cera de la vela es un magnifico diluyente.
Brisas o sprays: colocamos agua en una botella con atomizador, a la que añadimos una mezcla de alcohol y aceites esenciales. Este método es perfecto para hacer hincapié en puntos específicos, por ejemplo rincones o placares. Por cada 200 ml de agua usar 20 gotas de aceite esencial.
Saunas: excelente para limpiar y desintoxicar el organismo, ya que los aceites penetran por inhalación y se excretan por transpiración. Se recomienda para este fin eucaliptos, árbol del te, pino, lavandas. Nunca más de 12 gotas de aceites esenciales.
Humidifícadores y difusores de ozono: usados generalmente en estética, aportan humectación a la piel y favorecen la apertura de los poros para la extracción de comedones e impurezas. La virtud de estos equipos se potencia con el agregado de aceites esenciales, a la vez que los aromas generan un ambiente agradable en la cabina.

La aplicación vía tópica

A través de la piel las moléculas de los aceites esenciales son absorbidas, accediendo por medio de los capilares al torrente sanguíneo, para llevar sus efectos a todo el organismo. Así, estimulan la regeneración celular de los tejidos, ayudando a la salud de la piel eliminando gérmenes, bacterias y virus

Cremas, bálsamos, aceites: no sólo se usan con fines cosméticos, sino para facilitar que las propiedades de los aceites esenciales lleguen al torrente sanguíneo. Agregar aceites esenciales a estos productos potencia y complementa la acción de los mencionados productos.
Emplastos, cataplasma, ceratos: mezcla de hierbas, grasa o ceras, a las que se puede adicionar aceites esenciales.
Compresas: gasa humedecida e impregnada en sustancias a aplicar y colocar sobre la piel.

¿Cómo saber cuánto aceite esencial añadir?

Para uso corporal: a la cantidad de aceite, bálsamo o crema se la divide en 2. Ejemplo: a 50 ml se le agregan 25 gotas de aceite esencial.
Para facial y pechos: se le agrega el 10% del producto vehiculizante. Ejemplo: a 50 ml. se le agregan 5 gotas de aceite esencial.

Baños: si queremos aprovechar las virtudes de los aceites esenciales en la bañera debemos tener en cuenta que los aceites que echemos se absorberán al 100%. De ahí que no se debe exceder de las 12 gotas para una bañera llena. Siempre previamente disueltos en leche en polvo, leche entera, vodka, arcilla, raíz de kuzu, miel o azúcar, para evitar que queden flotando sobre el agua y pudieran provocar irritaciones en las mucosas. Además, remueva bien el agua.

Precauciones de uso

En aromaterapia una gota NO es una gota, sino una gran cantidad de material botánico. Si se le ha recomendado una gota, use una gota y no dos.
No utilice aceites minerales, como el aceite para bebés, puesto que los aceites minerales no penetran en la piel, es decir que quedarán en la superficie, además de que inhiben la acción de los aceites esenciales.
Usar los aceites esenciales siempre diluidos en las proporciones arriba indicadas.
No aplicar estos aceites en estado puro; son irritantes y dermo-cáusticos (pueden producir quemaduras). Los únicos aceites que se pueden usar puros son las lavandas.

Gladys Gómez Flores
Terapeuta de Reiki - quiromasajista - fisioesteticista- linfoterapeuta

Bibliografía: “El arte de la aromaterapia” Robert Tisserand. Editorial Paidós 2007

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen comienzo